En los últimos meses estamos viendo en las noticias y llegan a nuestros negocios información de diversos ataques a cajas fuertes en domicilios y establecimientos en los que se están usando medios físicos como lanzas térmicas o radiales. Normalmente, un robo a un domicilio en el que hay una caja fuerte suele ser un robo bastante estudiado por las bandas criminales por causas que todos nos podemos imaginar: viviendas en zonas de lujo, propietarios con alto poder adquisitivo, incluidos, famosos, como el caso que acabamos de conocer: el de la conocida cantante Rosalía cuya vivienda ha sido asaltada por la fuerza y en la que los cacos se han dirigido directamente a la habitación donde se escondía una caja fuerte que forzaron violentamente con una radial para llevarse el contenido.
Este robo no parece ser un hecho aislado, desgraciadamente, sino que viene a ser una constante en los últimos meses. Esta misma semana, la policía sorprendía a un delincuente con una lanza térmica intentado robar en un supermercado de la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes. Lo fácil no hubiera sido «reventar» la caja fuerte con la lanza térmica sino que fue el «modus operandi» de la apertura violenta del establecimiento, forzando el bombín de una de las puertas exteriores del establecimiento comercial.
También, a finales de agosto conocíamos como en La Manga del Mar una banda bastante organizada daba un golpe con mejor éxito que el caso anterior en el que por medio de una lanza térmica, una herramienta usada en demoliciones y cerrajería, como bien sabes los profesionales de ASMACE, lograron hacerse con un botín de miles de euros.
Y es que parece que este año, el uso de una herramienta que debería estar más controlada por las autoridades, como es una lanza térmica, está siendo muy utilizada por las bandas dedicadas al robo con violencia en viviendas, establecimientos comerciales y naves industriales. A principios de año, una constructora en Palencia era objeto de robo con esta herramienta que se utiliza para «reventar» cajas fuertes.
Las lanzas térmicas funcionan mediante oxígeno, que bajo alta presión y gracias a una reacción química, provoca una temperatura extrema de más de 5.500 grados centígrados en la punta que permite la fundición de un amplio abanico de materiales. El funcionamiento es simple: una manguera de oxígeno conecta la bombona del gas con un soporte con válvula reguladora y una vara térmica, cuya punta puede traspasar en tan solo cinco segundos, 25 milímetros de acero y, hasta 76 milímetros, en unos 45 segundos. Es una operación de corte por oxidación en la que se mezclan dos gases: acetileno y oxígeno.
Esta misma técnica fue utilizada por la banda que cayó en Catalunya en mayo tras cometer hasta siete grandes robos y por los ladrones que desvalijaron una oficina de Torrelavega (Cantabria), llevándose 300.000 euros en relojes de alta gama. También la utilizaba la banda de trece delincuentes desarticulada en Soria en julio de este mismo año tras haber cometido un número importante de robos en las provincias de Cuenca, Huelva, Soria, Segovia, Madrid y Toledo.
El elevado número de robos en el que los cacos utilizan lanzas térmicas hace que volvamos nuevamente al tema que venimos denunciando desde las asociaciones profesionales de cerrajeros: un mayor control desde las autoridades de ciertas herramientas que utilizamos los cerrajeros para la realización de nuestros trabajos con el objeto de que tan solo puedan utilizarse por profesionales, así como la limitación del acceso a su adquisición en portales de internet donde no existe ningún tipo de control. Muchos robos podrían evitarse si el control de uso de estas y otras herramientas de cerrajero estuvieran más controladas.