Más de 5700 robos en viviendas y comercios madrileños en los seis primeros meses es el balance oficial que acabamos de conocer a través del Ministerio de interior. Nos puede parecer una cifra baja… y lo es, respecto al mismo periodo de 2019. Concretamente, un 36% más baja. Pero, teniendo en cuenta, que pasamos en casa confinados la mitad del periodo y que más de la mitad de esos robos fueron en viviendas, nos hace reflexionar sobre el difícil periodo que se nos avecina.

Los datos son más que positivos. En todos los municipios madrileños los robos descienden considerablemente. Es el caso de Pinto, en más de un 63%, Alcobendas, casi un 62%, Majadahonda con casi un 60%, Valdemoro con poco más del 59% o Tres Cantos con más del 55%.

La capital, Madrid con 2790 robos en sus viviendas y comercios también ha tenido un descenso importante del 37,4% respecto del mismo periodo de 2019, lo que supone una buena noticia para una ciudad que ve cada año como el número de robos desciende.

Sin embargo, estos datos tienen «un borrón» en Arganda del Rey, único gran municipio de la Comunidad donde los robos han aumentado en estos primeros seis meses de este fatídico año en un 3,2%

Lo hemos comentado en alguna otra ocasión, respecto de otro tipo de delitos, como las ocupaciones ilegales, que están creciendo en Madrid y en el resto del país. La situación en otoño, con la vuelta al paro de los trabajadores que este año han trabajado en el maltrecho sector del turismo, será dura.

Os alertábamos ya en junio cuando os comentábamos la orden interna de la Dirección Adjunta Operativa de la Guardia Civil, pidiendo a sus agentes que estuvieran listos para dar respuesta a posibles y diferente conflictos, y mucho nos tememos que la criminalidad va a ir en aumento hasta final de año.

Por eso es importante estar preparados, asegurar bien nuestros negocios con sistemas de seguridad fiables que disuadan a los cacos de intentar robarnos. No nos cansamos de repetirlo pero en España el 80% de las cerraduras instaladas en nuestras casas ya no sirven; se diseñaron y fabricaron para unos estándares de seguridad que ya no existe. Abren y cierran la puerta… y ya está, pero los cacos las abren en segundos, por eso es necesario actualizar nuestra cerradura con bombines anti-bumping, anti-ganzúa o anti-taladrado que provocarán que el ladrón experimentado tenga que utilizar más tiempo para abrirla… y a lo mejor logre disuadirle.

Si, además, instalamos un cerrojo de seguridad, un escudo protector fiable o una segunda cerradura, mejor. Y si nuestro presupuesto nos permite tener una puerta blindada, todavía mejor. Aunque recuerda, como dice Jose María Tapiador, presidente de ASMACE, la Asociación Madrileña de Cerrajeros, «de nada sirve tener una puerta blindada si la cerradura no es buena».